Marcas profundas que vienen desde muy lejos y que continúan operando desde el trasfondo, como una matrix de interpretación heredada, de respuestas consabidas, de problemas construidos, de imágenes inconscientes, viajando en el río de palabras de la escritura que tiene que enfrentar y afrontar lo ya dicho en este presente sofocado que ha perdido el rumbo del sentido y de la significación
La vida no acepta ser encadenada a estereotipos que clonan figuras adormecidas y que aceptan como tutela la inercia del stato quo, la repetición del decir “legitimado” que invade el lugar del pensamiento. La vida es devenir pero no un devenir que circula por las rutas archiconocidas que suscriben la permanencia de las supremacías de turno sino un devenir de cambio y creatividad que las demuela
Para el statu quo lo realmente desesperante de la vida es esa contingencia que genera miedo e inseguridad y si bien atravesamos épocas donde aceptarla era prueba de fe, en el principio de la Modernidad se convirtió en abismo amenazante, en la gran desestabilizadora de la vida a la que convenía revestir de acostumbramiento y lasitud espiritual
Hubo que disfrazarla con abalorios que la protegieran de sí misma, convertirla en un pivote de sostén de la pérdida de absolutos, un simulacro de dios, un equivalente del poder unificante de la religión
El hombre vive apremiado por la razón que le impulsa a invertir la mayor parte de su esfuerzo en un trabajo que padece y a olvidar la misma muerte – y por ende su misma vida – porque su sola idea lo pasma. Ese esfuerzo ya no conduce a esculpir un destino por propia voluntad sino a cristalizarnos y hamacarnos en nuestra irrevocable circunstancia, la vida, nuestra vida, no como se nos patentiza en la superficie
sino en esa especie de centro frágil e inquieto que las formas no alcanzan
La vida se desliza inmensa, interminable, inasible en sus infinitos aspectos aunque hoy padece la pauperización propia de la entropía de la época saturada de una filosofía cool, y de una cultura que parece serle ajena, como si su misión no fuera la excelencia de comprenderla y encarnarla
A pesar de eso, el hombre sigue suspendido sobre su destino en una búsqueda de significado, atrapado sin embargo en una red de manipulación de la que inconscientemente es un eslabón, una red que inscribe la normalización social en su interior y que se fue instalando de a poco. Así va apareciendo una nueva estrategia de poder, una nueva racionalidad que toma en cuenta todo lo que puede influenciar a la población - la educación, la propaganda, las convicciones - y, en suma, nuevos individuos que son producto de un nuevo conocimiento, objetivos de una economía de poder
Preludios de la tecnocracia a través de una construcción de lo real según la racionalidad científica y técnica. Se sustituye el gobierno de las personas por la administración de las cosas
En un principio independientes, indiferentes los unos respecto de los otros, los seres de pronto se solidarizan, se despierta su potencia adormecida y concertadamente avanzan en una misma dirección, amalgamados por un contagio de mente a mente, una imitación tranquila y callada que andando el tiempo va a ser el motor principal de la homogeneización de una sociedad, una diseminación de individuos físicamente separados cuya cohesión es mental. Este mecanismo social imperceptible está actuado por figuras invisibles que dirigen y manipulan a los individuos y que tiran de los hilos, controlan la opinión e inventan otras formas de unir al mundo y de conducirlo donde conviene a sus fines
El único espacio de expresión y de pertenencia que le resta al individuo - formateado en el asentimiento para ejercer su soberanía y su libertad de elección - es el lugar del consumo, la expresión natural de la democracia, la producción del individuo serial, el fetichismo de la velocidad, un universo deshumanizado en un infierno climatizado dentro de una sociedad dominada por la tecnología o el estado
Una dictadura silenciosa, una idea del dominio omnisciente del poder lo impregna todo
No es la excepción
Sino el estado de excepción
Lo que confirma la regla
Para que no se pueda
Responder a esta pregunta
Se proclama el estado de excepción
Todos los hilos han tejido la gran maraña global del presente. Se han erigido nuevas barreras de discriminación y consecuentemente, de miedo y de resentimiento. Los discursos redentores sobre la libre circulación de las personas han mutado en el sentimiento de amenaza hacia la alteridad que ciertos sectores escenifican con muros y alarmas mientras multitudes abandonadas a su suerte se amontonan en los ghetos
En esta sociedad de control generalizado el poder de anticiparse al comportamiento de los individuos, de identificar la probabilidad de una conducta y diagramar frecuencias estadísticas es la vía obligada que recorren los especialistas para quienes no hay más que clases de comportamiento, todos ellos previsibles
Quizá sea una manera de querer silenciar el misterio de la naturaleza humana, de huir de esa cartografía azarosa de lo extraño, de lo incontrolable, de, ingenuamente, querer derrotar la incerteza y el riesgo de vivir, el no-todavía, y por ende, de toda su grandeza. Algo nos ha sido arrebatado, la vida, la experiencia
Todo este tiempo que Hoy irremediablemente nos reúne se ha gestado como un enorme proyecto, ha ido imponiendo mapas, recorridos sobre el territorio áspero e irregular del mundo, vías de dirección única contra el viento y marea de la vida que pide des-situarnos, romper las coordenadas que nos determinan para poder aceptar la experiencia, conocer las rugosidades del terreno y poder ver la alienación y la idolatría que forman el tejido de la realidad, su radical inconsistencia y trazar planos recuperando el carácter de desarraigo y exilio, suprema condición de pensar. De esta manera se produce un enfrentamiento radical con la contingencia del esquema ideal de configuración de la realidad de nuestro estar en el mundo
Y desde las fisuras emana un discurso silencioso, una voz sin voz, condición errante del sentido