hay voces que me despiertan en los amaneceres violáceos aun lejos del clarear del alba
pero no hay nadie
quizá sean solo siluetas sonoras que transitan los bordes de un sueño interrumpido
susurros que parecen brotar de las almas que secretan emociones extraviadas en el origen de los tiempos
esos cuerpos moviéndose insumisos antes del salto a la existencia
en medio de ese silencio cóncavo de cripta
y esa revelación fatal del encuentro implacable con lo indescifrable de un espacio apenas entrevisto en el desgarro de un instante
un punto sin dimensión donde el espíritu ancla entre dos mundos
cuando mi ventana se ilumina con toda la claridad del sol recién nacido
me queda entre los ojos ese umbral oscuro del que no sabemos nada
un escamoteo del tiempo ajeno a la duración
un paréntesis del vacío
pero también la revelación de lo imponderable que encubre el misterio de existir
Junio 10 de 2025